Quemados hay de todas las edades, de todos los rincones del mundo...
domingo, 19 de septiembre de 2010
viernes, 3 de septiembre de 2010
Pelando mandarinas en la ciudad
la extraña teoría de la mandarina milagrosa.
A pesar de que el clima de Buenos Aires se empeña en negar que estamos a días de la primavera; como diría Crónica : "¡¡Faltan 19 días para la Primavera!!", el argentino promedio ya está guardando los sweaters e intentando entrar (en lo posible todo el cuerpo) en la malla del año pasado. Es ahí cuando surge el tremendo dilema: "¿Engordé o es sólo retención de líquidos? ¿Será que el alcohol fija las grasas o bien estaré consumiendo demasiadas pastas para paliar el frío y el aburrimiento que ocasionan los días de lluvia?". Este es el momento en que se recurre a cualquier cura milagrosa, remedio casero, receta de la abuela, dieta de Jennifer Aniston y demás métodos SENSACIONALES que incluyen, geles, electrodos, aparatos que dificilmente uno pueda armar al sacar de la caja, salidas domingueras con la intención de correr, dietas de la NASA, manosantas, curanderos, aros en las orejas, macumba, magia negra y san la muerte. En fin : ¡¡¡HAY QUE LLEGAR AL VERANO!!!
Curiosamente he visto en el subte el surgimiento de otro mito urbano: La mandarina milagrosa. Allí está; llenando de aroma las 17 estaciones hasta llegar a Juramento. Si te esforzaste ahorrando para comprar el último perfume de Dior con toda seguridad nadie lo notará ya que tendrás olor a mandarina, de la cabeza a los pies. La santa mandarina milagrosa, naranja y rendonda se abre paso desde las verdulerías directo a la bolsa del super y la cartera de la dama, que prefiere pelar mandarinas antes que el colapso nervioso que llegua al momento de ponerse la malla o subirse a la balanza.
Si miran con detenimiento a su alrededor las verán; estas criaturas pelando mandarinas, clavando los dedos en la cáscara,escupiendo semillas, metiendo la cascara en el bolso, al lado de los apuntes de la facultad, como si a más mandarina menos kilos. ¿Quien les ha dicho que la clave de un cuerpo de chica pinup es engullir mandarinas cual mono del zoologico?, realmente lo ignoro. Sería maravilloso que antes de aromatizar a media humanidad dentro del subte comenzaran por dejar de lado la hamburguesa de Mac Donalds,los snacks, el chipá, las facturas, los churros rellenos con dulce de leche bañados en chocolate, la polenta, las masas con crema, el dulce de leche chimbote, las tortas fritas y las bolas de fraile, los embutidos de todo tipo y color, la milanesa a la Maryland a caballo y con papa fritas, la pizza rellena y de optar por que el postre sea siempre un lindo banana split bien cargadito, y comiencen a pensar que aquella galletita de agua a la que tanto miedo le tienen al menos, y a diferencia de la señora mandarina, va a lograr que lleguen a las 10 de la noche sin el hambre de un beduino y que finalmente al otro día ya no tengan que correr a buscar más mandarinas y podamos así, el resto del universo, oler a cualquier cosa menos a mandarina.
A pesar de que el clima de Buenos Aires se empeña en negar que estamos a días de la primavera; como diría Crónica : "¡¡Faltan 19 días para la Primavera!!", el argentino promedio ya está guardando los sweaters e intentando entrar (en lo posible todo el cuerpo) en la malla del año pasado. Es ahí cuando surge el tremendo dilema: "¿Engordé o es sólo retención de líquidos? ¿Será que el alcohol fija las grasas o bien estaré consumiendo demasiadas pastas para paliar el frío y el aburrimiento que ocasionan los días de lluvia?". Este es el momento en que se recurre a cualquier cura milagrosa, remedio casero, receta de la abuela, dieta de Jennifer Aniston y demás métodos SENSACIONALES que incluyen, geles, electrodos, aparatos que dificilmente uno pueda armar al sacar de la caja, salidas domingueras con la intención de correr, dietas de la NASA, manosantas, curanderos, aros en las orejas, macumba, magia negra y san la muerte. En fin : ¡¡¡HAY QUE LLEGAR AL VERANO!!!
Curiosamente he visto en el subte el surgimiento de otro mito urbano: La mandarina milagrosa. Allí está; llenando de aroma las 17 estaciones hasta llegar a Juramento. Si te esforzaste ahorrando para comprar el último perfume de Dior con toda seguridad nadie lo notará ya que tendrás olor a mandarina, de la cabeza a los pies. La santa mandarina milagrosa, naranja y rendonda se abre paso desde las verdulerías directo a la bolsa del super y la cartera de la dama, que prefiere pelar mandarinas antes que el colapso nervioso que llegua al momento de ponerse la malla o subirse a la balanza.
Si miran con detenimiento a su alrededor las verán; estas criaturas pelando mandarinas, clavando los dedos en la cáscara,escupiendo semillas, metiendo la cascara en el bolso, al lado de los apuntes de la facultad, como si a más mandarina menos kilos. ¿Quien les ha dicho que la clave de un cuerpo de chica pinup es engullir mandarinas cual mono del zoologico?, realmente lo ignoro. Sería maravilloso que antes de aromatizar a media humanidad dentro del subte comenzaran por dejar de lado la hamburguesa de Mac Donalds,los snacks, el chipá, las facturas, los churros rellenos con dulce de leche bañados en chocolate, la polenta, las masas con crema, el dulce de leche chimbote, las tortas fritas y las bolas de fraile, los embutidos de todo tipo y color, la milanesa a la Maryland a caballo y con papa fritas, la pizza rellena y de optar por que el postre sea siempre un lindo banana split bien cargadito, y comiencen a pensar que aquella galletita de agua a la que tanto miedo le tienen al menos, y a diferencia de la señora mandarina, va a lograr que lleguen a las 10 de la noche sin el hambre de un beduino y que finalmente al otro día ya no tengan que correr a buscar más mandarinas y podamos así, el resto del universo, oler a cualquier cosa menos a mandarina.
Tácticas alternativas de dominar a los villanos
Alcohol y Rock n' Roll, la mejor forma de dominar a los archienemigos. Aquí el resultado de las primeras pruebas:
Todavía me pregunto como hicieron para mantenerse en pie y no dañar a ningún transeúnte.
Todavía me pregunto como hicieron para mantenerse en pie y no dañar a ningún transeúnte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
